miércoles, 17 de agosto de 2016

¿Qué hace que valga la pena ver los Juegos Olímpicos?


En facebook he encontrado una entrada bajo el título "15 hombres que hacen que valga la pena ver los juegos olímpicos" y he sentido demasiada vergüenza ajena. ¿Cómo te atreves a escribir algo así?
Miles de atletas dedican su vida a entrenar, se ponen metas y sacrifican demasiadas cosas en muchos aspectos de su vida para alcanzarlas y este titular reduce todo el esfuerzo a una cuestión de simetría popular. No me malinterpreten, no tiene nada de malo que te consideren "bonito" o "sexy" si estás compitiendo por Mr. Tanga o Mr. Universo, pero si tu objetivo es dejar el nombre de tu país en alto y transmitir los valores de las olimpiadas (amistad, excelencia, respeto, etc) y te reducen a qué tan marcado está tu abdomen o cuán bien diseñada ha sido tu sonrisa no es algo que debas tolerar.
Todos los días del año somos condicionados a vernos como otros desean que luzcamos, pero los juegos olímpicos son el escenario que permite enseñar con el ejemplo al niño marginado que si se concentra y es disciplinado podrá realizar lo imposible, que la fuerza no solo es física sino también mental, que tus defectos de hoy pueden ser tu fortaleza mañana.
El fin de semana estuve más de cuatro horas sentada frente al televisor, junto a mi novio, viendo la final entre Del Potro y Murray y sentí una emoción inexplicable, el corazón del argentino frente a la técnica del británico, un combate hidalgo moderno que nos puso el alma a flor de piel, misteriosamente ninguno de los protagonistas (Juan Martín, Andy ni Gonzalo (mi novio) constan en la lista que mencioné al inicio, y aún así les aseguro que valió la pena.